La Malena

El escuchar a La Malena nuevamente cantar fue como transportarnos a los años que comenzaron a proliferar las Peñas Flamencas por toda la geografía catalana.

Arropada por su familia, amigos y aficionados, esta onubense de Tharsis con casta y raza, demostró que a pesar de la larga ausencia de los escenarios, de las peñas, festivales, etc., el Flamenco forma parte de ella misma, sigue manifestándose por todos los poros de su de su piel y sintiéndolo desde sus propias entrañas. Con las facultades intactas, desbordando poderío, nos encontramos con la Malena de sus mejores años, con fuerza y hambre de cantar. Acompaña y bien arropada por la guitarra de Jordi Heredia, dos buenos palmeros y una caja acústica, supo encandilar a la abarrotada sala de actos de la Casa de Andalucía de Cerdanyola, con unos Fandangos, Tangos, unas Sevillanas con aires de bulerías, Bulerías, Rumba, Sevillanas, Fandangos de Toronjo y Bulerías.

Ante la aclamación del público puesto de pie, agradeció la presencia del mismo con otras Bulerías.